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Bienvenido a mi blog de Educación y Sociedad del año 2015. En este blog colgaré parte de mi trabajo realizado para esta asginatura

viernes, 24 de abril de 2015

ACTIVIDAD 2.1. (SOCIOLOGÍA)


Reflexión sobre las relaciones familia y escuela

“En la escuela unos hablan de hijos y otros de alumnos; sin embargo se está hablando de la misma persona”

            La frase enfatiza que estamos ante dos contextos diferentes en la educación cualquier menor: por un lado la familia y por otro la escuela. Tal y como queda claro, las relaciones entre familia y escuela son necesarias en los procesos de enseñanza y aprendizaje de cualquier alumno. Pero ¿qué dicen los propios padres y maestros de las escuelas? Recurramos a las encuestas:



Una cosa sí que es cierta, padres y profesores están obligados a encontrarse; es decir, no podrán evitar relacionarse. En muchos casos esta relación viene marcada por comentarios de terceros, por los hijos o alumnos en donde hay que tener mucho cuidado porque es muy complicado evitar formarse una imagen que será transmitida a nuestros pequeños y que influirá en las percepciones que estos se formen sobre la relación maestro-escuela.
 
 
 
1.- A día de hoy…
                ¿Qué relación tenemos en España a día de hoy entre familias y maestros? En palabras de García-Bacete vivimos en un enorme desfase entre las expectativas y la realidad en donde se han realizado muy pocos esfuerzos y donde la falta de continuidad y sistematización están a la orden del día. Fernández-Enguita (1993) declara que esto es el resultado de una comunicación ambigua y disfuncional entre los protagonistas, es decir; entre padres y maestros.
Analicemos las creencias y los pensamientos de cada uno:
 
En la mayoría de los casos, los encuentros entre familias y escuela (necesarios para una correcta y eficaz colaboración) son planificados y en muchas ocasiones son inexistentes. Cuando se dan tienen un carácter muy burocrático (por ejemplo las reuniones de comienzo de curso) o tienen un carácter sancionador defensivo (es decir donde existen acusaciones mutuas y conflictos).
                         Con las sucesivas leyes socialistas de educación, tales como la LOGSE o la LOPEG se ha abierto un nuevo camino en el apartado de la implicación de los padres, en donde a día de hoy se ha convertido en un elemento fundamental de un sistema educativo democrático. Sin embargo en palabras de García-Bacete (2003) la participación es confundida con la representación de los padres en los diferentes consejos y comisiones establecidas por la ley.
 
2.- ¿Qué razones hay para que escuelas y familias colaboren?
                Sin ir más lejos, existen múltiples y contundentes argumentos. Veamos algunos de ellos:
 
                            Según un estudio realizado por Dauber y Epstein en 1993 los resultados de los alumnos son mucho más favorables si abarcan a sus respectivas familias, lo que será posible solo si existe un esfuerzo deliberado por parte de la escuela. No solo mencionada participación acarrea efectos positivos solo a los niños; existen diversos beneficiarios tales como los profesores, los padres y el centro escolar en general. Sin embargo, los cambios en la sociedad (nuevas formas de ocio, cambios generales en la escuela y familias…) traen consigo una pérdida de recursos para los dos agentes más importantes implicados en la Educación Primaria: Por ilustrarlo con un ejemplo, la escuela  a día de hoy está comenzando a asimilar la heterogeneidad que llena las aulas día a día. Además encontraremos cinco características dentro del ambiente familiar que afectan al logro escolar de los alumnos, simplemente y para relacionarlo con lo anteriormente dicho las nuevas estructuras familiares así como la relación entre los propios padres e hijos y sus interacciones con los procesos familiares también condicionarán de una manera muy alta el rendimiento académico de los niños. Con las relativamente nuevas corrientes constructivistas y los modelos ecológicos (en donde se presenta la idea de mesosistema) se ha demostrado que los límites entre experiencias de los niños en el hogar y que tienen lugar en la escuela no están claras.
3.- ¿Qué cosas dificultan la relación entre familia y escuela?
 
 
4.- Propuesta para favorecer la colaboración de padres y profesores
4.1.- Para profesores
Veamos algunos medios que pueden poner en funcionamiento los docentes para mejorar la relación que tanto estamos hablando en este trabajo:
·                 Según Méndez (2000) el intercambio de información entre padres y maestros es la primera prioridad. ¿Cómo podemos hacerlo?
o      Tutorías
o      Realizar visitas al hogar
o      Empleo de agendas escolares
o      Hablar (directamente) con los niños o padres
o      Reuniones y entrevistas
o      Cumplimentar cuestionarios
·                 Dabas (1998) propone incorporar a las aulas las experiencias extraescolares de los alumnos como la participación de los padres, por ejemplo, una tarde en el campo.
·                 El tratamiento que se da a la familia y a la vida familiar como contenido curricular también es relevante. No podemos subestimarlo o pasarlo por alto. (Calvo, Serunlnicoff, Siede, 1998)
·                 Vila en 1998 propone una serie de servicios educativos dirigidos a la infancia y a sus propias familias, es decir, programas de formación de madres y padres así como programas destinados a mejorar las relaciones entre la familia y la escuela.
 
4.2.- Para padres
Según Grolnick & Slowiaczek en 1994 mencionan que la implicación de los padres puede adoptar distintas formas. Veamos qué cosas pueden hacer los padres para implicarse en la educación de sus hijos y reforzar a su vez la relación entre familias y escuela :
·                 Contar una historia
·                 Preguntar lo que ha hecho en la escuela y animarle en sus asignaturas para que disfrute lo que está trabajando
·                 Ayudarle a la hora de hacer los deberes
·                 Asistir a los Carnavales o ser miembro del Consejo Escolar
Modelo de Hornby (1990), son dos pirámides jerarquizadas construidas en función de las necesidades y de los recursos de los padres para la educación de sus hijos.
 
 
5.- Referencias bibliográficas (APA)
Calvo, S. L., Serulnicoff, A. E. & Siede, I. A. (1998). Retratos de familia en la escuela. Enfoques disciplinares y propuestas de enseñanza.
Buenos Aires: Paidós.
Dabas, E. (1998). Redes sociales, familia y escuela. Buenos Aires: Paidós.
Dauber, S. L. & Epstein, J. L. (1993). Parent attitudes and practices of involvement in inner-city elementary and middle schools. En N. F. Chavkin (Ed.), Families and schools in a pluralistic society (pp. 205-216). Albany: State University of New York Press.
 
Fernández enguita, M. (1993). La profesión docente y la comunidad escolar: Crónica de un desencuentro. Madrid: Morata.
García-Bacete, J.F. (2003). Infancia y aprendizaje. Las relaciones escuela-familia: un reto educativo, 26 (4), 425-437.
Grolnick, W. S. & Slowiaczek, M. L. (1994). Parents’ involvement in children’s’ schooling: A multidimensional conceptualization and motivational model. Child Development, 65, 237-252.
 
Hornby, G. (1990). The organisation of parent involvement. School Organisation, 10 (2-3), 247-252.
INCE (1998). Familia y escuela. Madrid: Ministerio de Educación y Cultura.
Méndez, L. (2000). La comunicación entre padres y educadores. Un camino de ida y vuelta. Cultura y Educación, 17/18, 91-101.
Oliva, A. & Palacios, J. (1998). Familia y escuela: Padres y profesores. En M. J. Rodrigo & J. Palacios (coords.), Familia y desarrollo humano (pp. 333-350). Madrid: Alianza Editorial.
 
Sánchez, A. & Romero, A. (1997). La colaboración escuela-familia: un estudio de campo. Investigación en la escuela, 33, 59-66
Vila, I. (1998). Familia, escuela y comunidad. Barcelona: Horsori.
 
 
 
 
 
 
 
Jacob Sierra Díaz